"Amo a la tierra.

Me siento ligado a ella en todas mis emociones.

Mis más lejanos recuerdos de niño tienen sabor de tierra.

Los bichos de la tierra, los animales, las gentes campesinas, tienen sugestiones que llegan a muy pocos.

Yo las capto ahora con el mismo espíritu de mis años infantiles."

Son palabras textuales en las que Federico García Lorca expresa su sentir por el mundo rural, vivido desde su más tierna infancia.

Durante sus últimos 10 años de vida, de 1926 a 1936, el periodo estival transcurre en la Huerta de San Vicente, anteriormente denominada Huerta de los Mudos, como consta en la cartografía de la Comunidad, integrada en el Pago Arabial Alto. En el año 1986 la Huerta de San Vicente y otras huertas constituyeron el actual Parque García Lorca. Toda la superficie de éste era regada por esta Comunidad.

Algunos de los caminos, cauces y  ramales de la Acequia Real o Gorda del Genil sirvieron de inspiración al joven poeta Federico.

En 1928 le escribía a su amigo Melchor Fernández Almagro: "Estoy en la Huerta de San Vicente, una preciosidad de árboles y agua clara" en referencia a la Acequia.

Otras zonas, como es la Huerta del Tamarit, en la que se basó El Diván del Tamarit, que pertenecía a su prima Clotilde García Picossi, se siguen regando como entonces con el agua de la Acequia. Después de haber pasado casi un siglo todo sigue igual como lo dejó el poeta.